Era una semana Santa de 1948 en La Guajira y mi bisabuela Corina se encontraba en la orilla de una cocina hecha de barro y bahareque. De repente, aparece una luz muy brillante y escucha una voz que le dice: "en este sitio debes cavar el jueves santo, a las doce de la noche. Saca lo que está allí para yo poder descansar, no le digas a nadie más".
Ella no se aguantó y le dijo a su comadre, ya a la hora indicada estaban las dos preparadas con un pico y una pala. En efecto sale la luz a la hora acordada y cavaron hasta encontrar una gran olla de barro. Para decepción de ambas, solo tenía arena negra. Con las manos sucias y muy desilusionadas se marcharon cabizbajas a sus casas.
En la mañana siguiente, vuelve a aparecer la luz brillante y una voz que le dice: "Debiste venir sola, la mala fe y las malas intenciones de tu comadre alejaron este entierro".
Pescadora de Historia: Valentina Sofia Diaz Machado, 13 años.
Ilustrador: Miguel Alejandro Ortega