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CO-CREACIONES

Cuatro vientos y el señor Carlos

 

En Cuatro Vientos, Cesar, hace mucho tiempo se veía que muchos habitantes de este dichoso pueblo, se encontraban en la necesidad de traer el pan de cada día a sus casas y familiares, para ese entonces se veía mucho la palma de Corozo aquí en cuatro vientos, de hecho es la misma que se utiliza para sacar la manteca negrita para los peinados, de aquí salían aproximadamente 200 o 300 sacos de Corozo de palma para exportar a otros lugares.

Un señor llamado Carlos, era uno de los trabajadores que se encargaban del cuidado y el empaque del Corozo de palma, sin embargo, ya era alguien mayor y ya le estaba afectando todo ese trabajo, tenía problemas con su columna, sus piernas y brazos empezaban a fallarle y su superior se había dado cuenta.

Un día inesperado el señor Carlos no pudo continuar y dejó su trabajo a medias y su jefe no tuvo ninguna clase de empatía y no le pagó ni siquiera lo que aquel hombre merecía, lo echó como a un perro y él resignado se fue a su hogar. Su esposa quien estaba algo intranquila porque no había que comer, ni siquiera para alimentar a sus hijas, vio que llegaba su esposo y en sus ojos todavía había algo de esperanzas, pero cuando notó sus expresiones, sabía que algo no andaba bien.

Él le platicó a su esposa lo sucedido y estaban muy desesperados y sus hijas intentaban ayudar, pero no encontraban la forma, desesperados decidieron esperar al día siguiente, pero la suerte no estuvo de su lado, mientras dormían comenzó a llover y está vez fue muy fuerte y se inundaron, no solo su casa, también las de sus vecinos y en medio de la noche les tocó pasar las cosas que apenas les había dejado sacar la lluvia para la carretera. Las demás familias tenían situaciones parecidas, aunque mucho mejor, porque los hombres y mujeres de esas familias sí tenían trabajo y ellos no.

 

A la esposa, le tocó hablar para ver si sus vecinos podían colaborarles y el señor Carlos, aún tenía dolores en su cuerpo. Casi todos sus vecinos estaban algo ocupados porque no tenían agua potable y para poder beber agua debían tener una cuerda de 20 o 30 metros y resulta que ninguno de los vecinos más cercanos tenía y tampoco tiempo o energía para gastarlos en ir a buscar agua. Cabe de resaltar que nadie tenía la cuerda, excepto el señor Carlos. Él y su esposa e hijas fueron en busca de agua, cuando ya estaban en el pozo sacando y llevando agua y las demás familias se dieron cuenta de que aquel hombre tenía cuerda y tenía agua, de inmediato personas se les acercaron para ver si podían venderles agua y sin pensarlo dos veces comenzaron a vender agua y concluyendo el día tenían el dinero suficiente para alimentarse y arreglar daños que habían dejado la lluvia.

El señor Carlos fue al doctor por los dolores que tenía y el doctor dijo que era agotamiento físico y mental , el señor Carlos dio la noticia a su familia y decidieron tomarse unos días de descanso e  ir a la poza del señor Onofre, una muy antigua que está en Cuatro Vientos desde que comenzó a existir, pasaron un día muy bonito y en familia y con mucha paz , luego regresaron y pasaron días tranquilos y con la cuerda del señor Carlos sacaban agua para vender y mantenerse y así siguieron hasta irse de cuatro vientos o hasta que sus hijas comenzaron a trabajar.

 

 

Pescadora de Historia: Maria Paula Jimenez Rodriguez, 14 años. 

 

Ilustrador: Miguel Alejandro Ortega.