Llevados por las aguas del río Cesar, La Piragua desembarcó en Guacochito, para ser más precisos en la institución Educativa José Celestino Mutis. Allí nos recibieron los futuros piragueros de los pueblos cercanos de Guacoche, El Jabo, Las Raíces y Los Corazones. Todos estas poblaciones de herencia afro y campesina que se han forjado ente el bosque seco de la zona, los cardones y los cantos del sinsonte. Los niños y niñas todos pertenecientes a diferentes sedes de la institución, nos hablaron de sus territorios; de Los Corazones contaron sobre sus deliciosas arepas que llegan a comprar desde Valledupar, en Guacochito escuchamos historias de cómo solían bañarse en las aguas claras del río Cesar, en Guacoche remembraron el tiempo en que se fabricaban las tinajas y los días en que la violencia llegó a la plaza del pueblo acabando la vida de Argemiro Quiroz, del Jabo nos contaron sobre el aroma de eucalipto y su caño donde la comunidad cocina, se baña y lava sus ropas.
El taller mostró una grata particularidad, al ser el primero en tener remadores y remadoras de diferentes corregimientos, lo que nutrió de gran manera las historias, llenándolas de un manto de diversidades, geografías y puntos de vistas. Por la cercanía de estos territorios con La Guajira, dentro de los participantes se contó con una amplia participación de población migrante venida de Venezuela pero con raíces en estos municipios.
Recibimos la visita de tres sabedores, la señora Lucy Quiroz guardiana de la tradición de las tinajas de Guacoche, quien nos contó sobre la fabricación de las tinajas y el significado que tienen para los guacocheros por ser su más grande herencia; a la señora Lucy la acompañó un grupo de danzadoras del baile tradicional de las tinajas. También estuvo el señor Eugenio Romero uno de los mayores compositores que aún viven en Guacochito y quien nos contó cómo era la vida del pueblo en sus inicios, recordando la importancia del río en la vida de todos. Finalmente, al taller llegó Miguel Ortega un joven compositor de Guacochito que a través de sus letras y canciones narra el sentir de su pueblo y lo que les dejó cuando el conflicto armado llegó.
El taller que acogió los territorios de Guacoche, Guacochito, El Jabo y Los Corazones, fue una grata experiencia de intercambio de saberes, reencuentro entre los docentes de las diferentes sedes de la institución educativa, quienes resaltaron que por medio de este espacio pudieron compartir con sus colegas que, normalmente no pueden ver. Para nosotros los talleristas también fue un espacio de conocimiento en el que aprendimos como hablar con las aves, saber alejar las serpientes y principalmente, identificar las raíces que unen estos territorios forjados a la orilla del río Cesar.Por: Edgar De Luque Jácome